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Las labores de Lagartera no sólo han escrito la historia del pueblo que les ha dado nombre sino también la del propio país.  Estos ancestrales trabajos artesanales forman parte de la vida cotidiana del pueblo desde tiempos inmemoriales. Preguntadas  a  algunas  mujeres  de  Lagartera  sobre  la  terminología,  cuentan  que  antiguamente  se  les  llamaban  costureras  a  las  mujeres  que  bordaban.  A  los  hombres  y  mujeres  que  se  dedicaban  al  comercio  de  las  Labores, normalmente eran familias, y distribuían las telas e hilos por los domicilios de las costureras, se les llamaba traperos, traperas o manteleros y manteleras.

Lagartera es un municipio de la provincia de Toledo, cuya economía está basada principalmente en la ganadería, agricultura y el trabajo textil de sus Labores, vinculadas, principalmente, a las mujeres de la localidad y a sus espacios domésticos.

Recientemente, estas labores han sido declaradas Bien de Interés Cultural (BIC) con el objetivo de beneficiarles con la protección jurídica y medidas de salvaguarda del bien patrimonial.

Los bordados se realizan deshilados sobre la trama y urdimbre del tejido

En un estudio presentado por Ana D. Navarro sobre las Labores de Lagartera se definen esta tareas como un conjunto de procesos textiles que en origen se iniciaba con la preparación doméstica de distintas telas o lienzos, para ser trabajados y enriquecidos a partir de diversos procesos. Agujas variadas e hilos de distintos colores y materiales (lana o seda, por ejemplo), junto a determinadas modificaciones sobre la trama y urdimbre del tejido (deshilados de distintos tipos); forman parte del proceso de estas labores artesanales. Las labores de Lagartera precisan de agujas variadas e hilos de distintos colores, y materiales como lana o seda, y además de los bordados se realizan deshilados sobre la trama y urdimbre del tejido.

Aunque según los historiadores resulta difícil fijar una fecha exacta del origen de las Labores de Lagartera, algunos estudiosos de esta artesanía creen que eran practicadas desde época medieval. Las primeras referencias documentales aparecen a partir del siglo XVI. Un escrito vincula a Dª Juana de Toledo, Condesa de Orgaz, con tres mujeres lagarteranas, a las que acudió para que decoraran algunas prendas litúrgicas con punto de espíritu. Otra referencia histórica se encuentra en la obra del confesor de los Reyes Católicos, Fray Fernando de Talavera, quien señala en el siglo XV las ricas y excesivas decoraciones de las indumentarias en Lagartera, recogidas en el tomo VII de la obra: Demasías en el vestir y en el comer.

La  manufactura  de  los  bordados  en  Lagartera,  según la profesora Guadalupe Fernández,  nace  a  consecuencia  de  la  Desamortización de Mendizábal.  “En el año 1853, el Ayuntamiento vende parte de las propiedades comunitarias del pueblo, quedando este a los avatares de la pobreza. En esa época, se empieza vendiendo piezas útiles, trajes, dechados, etc. en tiendas de Madrid y Sevilla principalmente”.

Desde antes de la Guerra Civil y hasta mediados de los años 60 del siglo XX, aproximadamente, llegaron a existir más de cuarenta casas-talleres en Lagartera, cuenta Federico García Ropero, donde las niñas entraban de aprendices a partir de los 11 años. Los planchadores y cortadores de telas eran usualmente hombres, que o bien estaban fijos en alguna casa-taller, o bien prestaban sus servicios en varias casas; las mujeres comerciantes eran quienes normalmente sacaban las muestras. Los diseños los creaban fijándose en cerámicas u otros objetos.

Tradicionalmente las bordadoras de pueblos cercanos trabajaban para familias comerciantes de Lagartera, pero en las décadas de los años 60 y 70 del siglo XX, las costureras residían en pueblos de la Jara, Campo Arañuelo, la Vera, incluso municipios más lejanos como Almaraz, Plasencia, Guadalupe, Candeleda y pueblos del entorno de Talavera, etc. Un gran número de mujeres trabajaron bordando en sus domicilios, incluso algunas que habían emigrado a  Madrid,  seguían  bordando  para  comerciantes.  Según el expediente publicado en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha, la  gran  actividad  económica  en  ese  tiempo, evitó que  muchas personas emigraran a las grandes ciudades, ya que en algunos casos constituyó un medio de vida y en muchos una actividad complementaria a la ganadería y agricultura.

Las técnicas empleadas para realizar las Labores de Lagartera se agrupan en tres principales métodos realizados con aguja de bordar, se incorporan además otras Labores en las que se utilizan otras agujas, el gancho o ganchillo, el punto de media a cinco agujas, el trabajo de red. A las Labores realizadas con las agujas, se añade el tratamiento de los paños con pliegues y picados. Es preciso también señalar que algunas presentaciones incorporan remates y complementos.

Clasificación de las principales técnicas

Una clasificación de las principales técnicas realizada por Paloma Suela y Rocío Lozano, maestras artesanas en activo, asesoradas por bordadoras de gran trayectoria como como Teresa Lozano; Ángeles Montero; Milagros Moreno, Julia Pino, y las hermanas Teresa y Gloria Bermejo que agrupa las siguientes variantes elaboradas con aguja de bordar:

-Deshilado. La técnica de deshilado se basa en la preparación del tejido a partir de la retirada de parte de la trama y la urdimbre, sin que normalmente se retire más del 50% de la estructura del lienzo o paño. Antes de aplicar el deshilado, se procede a asegurar los límites de la zona a deshilar con vainicas. Una vez asegurada la superficie de la labor, se procede a “sembrar”, es decir a integrar la decoración de la pieza encadenando los huecos que presenta. Por último, se “cuajan” con varias puntadas los hilos que no se hayan sembrado, dando más estructura y seguridad a la figura. También se puede trabajar la tela cuajando sin sembrar y sembrando sin cuajar. Esta técnica de labor se aplica a sábanas, delanteras, enaguas, calzoncillos, paño-manos, colgaduras y otras piezas tradicionales. Entre los tipos de deshilado podemos señalar el deshilo de cristillo, de espíritu, pasado, a zurcido, a nudo, de a presillas, de Piedralaves, deshilos viejos, cortados, garbulesa, tambores, media higa, morgaño, respingo o milano. El deshilado que más se comercializa actualmente es el sembrado a cristillo, por ser más rápida su ejecución.

– De hilos contados o “de por cuenta”. Es la más antigua de las variantes utilizadas. Consiste en ir contando hilos e igualándolos en número de pasadas con hilos de diferentes colores. Entre sus variantes podemos señalar los tijirillos o tejidillos, con decoración geométrica y simétrica que ofrece la imagen de positivo-negativo del motivo realizado, los repulgos, las vainicas, el medio punto, las crucetas, los pespuntes y el acolchado. A veces se pespuntea el contorno del bordado con hilo negro y se rellena después con hilo de color.

– A dibujo. Se realiza dibujando sobre la tela un motivo que se delimita con lápiz, hilván o jaboncillo y que se rellena con hilos de colores siguiendo un diseño predeterminado. En trabajos antiguos se conserva una labor de dibujo con “morenillo”, realizado con residuos de carbón de brezo que se compraba en las fraguas y que se aplicaba en el bordado denominado “pezuña de buey” y “cedazo o ceazo”. Este trabajo se encuentra en las gorgueras más valoradas. Los tipos de punto más utilizados para este tipo de labor “a dibujo” suelen ser el de cadeneta y el punto al pasado.

-Encajes: En las variantes de randas y espiguillas. Las randas y las espiguillas se utilizan para unir dos piezas a base de nudos siguiendo un patrón o para piezas de adorno, siendo difíciles de ejecutar. Además, se incorporan labores en las que se utilizan otras agujas como el gancho o ganchillo y el punto de media a cinco agujas que se utiliza sobre todo en las calcetas y las medias. Es de destacar la técnica de Red o Malla, muy apreciada también por su dificultad en la ejecución, y que se utiliza en colchas, colgaduras, cortinas etc.

Producciones textiles de Lagartera

Ana D. Navarro realiza una compilación de las indumentarias y otras producciones textiles que engloban las Labores de Lagartera que se resumen en los siguientes tipos:

  • Indumentaria femenina

Las prendas que se realizan para la indumentaria femenina son numerosas y se agrupan para componer distintos trajes. Por ello, no se puede definir un único traje típico femenino de Lagartera. Destaca el traje de novia como uno de los más representativos de sus tradiciones. Es importante señalar que las ceremonias matrimoniales podían durar hasta cuatro días, por ello cada pasaje litúrgico del acto comportaba cambios en el atuendo de la novia

  • Indumentaria masculina

La vestimenta masculina es más austera que la femenina, sin embargo, destaca igualmente por la laboriosidad de sus adornos. La decoración es especialmente rica en algunas piezas como el camisón de novio, la camisa de fiesta o el calzoncillo. La base del color del traje masculino es el negro, que se combina con una camisa blanca y una faja roja.

  • Ajuares domésticos y litúrgicos

Dentro  de  las  producciones  artesanas  de  Labor  de  Lagartera,  una  parte  importante  de  estas  manifestaciones  se  dedica a los ajuares domésticos. En este caso el ajuar de novia, que la mujer aporta al matrimonio, está cargado de significado ya que son trabajados por las mujeres lagarteranas desde niñas, aprendiendo así las Labores y transmitiendo de esta forma la tradición de madres a hijas. En Lagartera, es habitual que sea la novia la que borde la  ropa  interior  del  novio.  Cobran  especial  relevancia  en  este  apartado  de  los  conjuntos  domésticos,  las  Labores  dedicadas a vestir las camas colgadas, camas con dosel que incorporan diversos elementos para cubrir el lecho, creando un espacio ricamente decorado que nos presenta la simbología del vínculo matrimonial.

  • Ajuares litúrgicos y ceremoniales

Los  ritos  de  paso  que  caracterizan  las  distintas  etapas  que  socialmente  una comunidad reconoce. De esta forma bautismo, matrimonio, y muerte; unidos a la fiesta más señalada de Lagartera, el Corpus Christi; constituyen procesos ceremoniosos en los que los ajuares e indumentarias cobran especial sentido y protagonismo.

Fuente: Diario Oficial de Castilla- La Mancha. Consejería de Educación, Cultura y Deportes expediente  para  declarar Bien de Interés Cultural las Labores de Lagartera: Sus indumentarias y otras producciones textiles, con la categoría de Bien Inmaterial. 

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