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Según un estudio realizado por Rosebud Roberts, de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, Estados Unidos, y publicado en la edición digital de Neurology, “emplear la mente puede proteger las neuronas o los bloques de construcción del cerebro de la muerte, estimular el crecimiento de nuevas neuronas o ayudar a reclutar nuevas neuronas para preservar el funcionamiento cognitivo en la vejez”, concluyó la autora de la investigación cuyas conclusiones y resultados siguen vigentes y han servido para potenciar la faceta terapéutica de las labores manuales y artesanales.

En el estudio participaron 256 personas con una edad media de 87 años sin problemas de memoria y pensamiento al inicio de la investigación y que informaron sobre su participación en artes, como la pintura, el dibujo y la escultura; oficios, como carpintería, alfarería, cerámica, acolchar, filigrana y costura; actividades sociales, como ir al teatro, cine, conciertos, quedar con amigos, clubes de lectura, estudio de la Biblia y viajes; y actividades de ordenador, como el uso de Internet, los juegos de ordenador, realizar búsquedas en la web y compras online.

Tras un promedio de cuatro años, el estudio recogió los siguientes datos: 121 personas desarrollaron deterioro cognitivo leve. Los participantes que se dedicaban a actividades artísticas, tanto en la mediana edad y como en la edad avanzada presentaban un 73 por ciento menos probabilidades de desarrollar deterioro cognitivo leve que quienes no las practicaban.

Los datos extraídos confirmaron que aquellas personas que realizaban algún oficio manual en las etapas media y avanzada de su vida tenían 45 por ciento menos probabilidades de desarrollar deterioro cognitivo leve. En esta misma línea, las personas que tenían relaciones sociales en la mediana edad y en la edad avanzada eran un 55 por ciento menos propensas a desarrollar deterioro cognitivo leve en comparación con quienes no se dedican a actividades similares. Asimismo, el uso del ordenador en etapas avanzadas de la vida se asoció con un 53 por ciento menos riesgo de deterioro cognitivo leve. Además, también favorecen un incremento de la autoestima, ya que supone un reto ante el que esforzarse, aumentando la autoconfianza.

Tejer te hace sentir “muy feliz”

Para reforzar la vertiente terapéutica de las manualidades, Betsan Corkhill, un terapeuta del tejido con sede en Reino Unido llevó a cabo una investigación sobre los efectos terapéuticos del tejido. En la encuesta en línea realizada a más de 3.545 tejedores, una cifra superior a la mitad de los encuestados informó que tejer les hacía sentir “muy feliz”. Una gran parte de los sondeados dijo que tejían por los efectos de relajación, y alivio del estrés y la creatividad.

En este sentido, el estudio encontró una relación significativa entre la frecuencia del tejido y el estado de ánimo y los sentimientos percibidos de los encuestados. Así, los tejedores frecuentes, los que tejen más de 3 veces a la semana, eran más tranquilos, más felices, menos tristes, menos ansiosos, y con más confianza.

El análisis del terapeuta concluyó, “tejer tiene beneficios psicológicos y sociales, que pueden contribuir al bienestar y calidad de vida”. Curiosamente, el estudio también reflejó que las personas tejiendo en grupo, eran incluso más felices que los tejedores en solitario.

De acuerdo con el artículo de Betsan Corkhill, “las habilidades y sentimientos experimentados mientras se realizan manualidades como tejer y bordar, también se pueden utilizar para facilitar el aprendizaje de las técnicas, como la meditación, la relajación y el ritmo que se enseña comúnmente en los cursos de manejo del dolor, o en el tratamiento de la depresión.”

Alcanzar un estado meditativo

El autor de esta información asegura que “el tejido como herramienta para alcanzar un estado meditativo de la mente podría permitir a una población mucho más amplia  experimentar los beneficios de la meditación, ya que no implica tener que entender, aceptar o participar en un período de aprendizaje prolongado de la práctica. Sucede como un efecto secundario natural de tejido “.

Por su parte, el psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi describe como las actividades manuales y artesanales “un estado de concentración o absorción completa con la actividad en cuestión y la situación. Es un estado en el que la gente está tan involucrada en una actividad que nada más parece importar “. Y, según Corkhill, se rumoreaba que incluso Albert Einstein dedicaba un tiempo al tejido entre sus múltiples proyectos para “calmar su mente y aclarar su pensamiento.”

Diversos estudios han demostrado que las labores y las manualidades reducen la depresión, la ansiedad, mejoran la calidad de vida y minimizan el estrés. En conclusión, mantienen la salud del cerebro y previenen el deterioro cognitivo.

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